Enfermedades de Transmisión Sexual Menos Conocidas

Cuando se habla de Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), solemos pensar en infecciones ampliamente conocidas como la clamidia, la gonorrea, el VIH o el herpes genital. Sin embargo, existe un grupo de ETS menos comunes, pero igual de importantes desde el punto de vista médico y de salud pública. Estas infecciones, muchas veces infradiagnosticadas, pueden tener consecuencias serias si no se detectan y tratan adecuadamente.

 

Este artículo ofrece una visión médica completa sobre algunas de estas ETS menos conocidas, sus síntomas, métodos de diagnóstico y tratamiento, así como recomendaciones actualizadas para su prevención.

Mycoplasma genitalium: una amenaza silenciosa

Descubierta en los años 80, Mycoplasma genitalium (MG) es una bacteria que afecta tanto a hombres como a mujeres, causando uretritis, cervicitis e incluso enfermedad inflamatoria pélvica (EIP).

 

Síntomas frecuentes:

  • Ardor al orinar

  • Flujo vaginal anormal

  • Dolor pélvico en mujeres

  • Uretritis persistente en hombres

 

MG es resistente a múltiples antibióticos, lo que dificulta su tratamiento. Las guías clínicas actuales (como las de la CDC 2021) recomiendan pruebas moleculares específicas, ya que no se detecta en cultivos estándar.

Tricomoniasis: la ETS olvidada

Causada por el protozoo Trichomonas vaginalis, es una de las ETS más prevalentes a nivel mundial, pero a menudo pasa desapercibida por su carácter asintomático.

 

Síntomas posibles:

  • Flujo vaginal espumoso y con olor

  • Picor genital

  • Dolor al orinar o al tener relaciones

 

En hombres, suele no dar síntomas, pero puede favorecer la transmisión de VIH. Es tratable con metronidazol o tinidazol.

Linfogranuloma venéreo (LGV): una forma agresiva de clamidia

Causada por ciertas cepas de Chlamydia trachomatis (L1, L2, L3), el LGV es más frecuente en hombres que tienen sexo con hombres (HSH), especialmente en contextos de coinfección con VIH.

 

Fases clínicas:

  1. Lesión genital pequeña y transitoria

  2. Inflamación dolorosa de ganglios linfáticos inguinales

  3. Fase crónica con ulceraciones, estenosis rectal o fístulas

 

El diagnóstico requiere pruebas específicas, y el tratamiento suele incluir doxiciclina durante 21 días.

Donovanosis: rara pero destructiva

También llamada granuloma inguinal, es causada por Klebsiella (Calymmatobacterium) granulomatis y es más frecuente en regiones tropicales.

 

Síntomas:

 

  • Úlceras genitales indoloras pero progresivas

  • Lesiones que sangran fácilmente

  • Riesgo de destrucción tisular si no se trata

 

El diagnóstico se hace mediante biopsia o frotis, y el tratamiento incluye antibióticos como azitromicina.

Molusco contagioso genital

Producido por un poxvirus, el molusco contagioso puede transmitirse por contacto sexual directo. Aunque es más común en niños, los adultos pueden desarrollarlo en los genitales.

 

Características:

 

  • Lesiones pequeñas, firmes y con un centro umbilicado

  • Generalmente indoloras

  • Puede coexistir con otras ETS

 

El tratamiento puede ser tópico, crioterapia o curetaje.

Sífilis en fase latente o terciaria: una falsa desaparición

Aunque no es “rara”, la sífilis sigue siendo infradiagnosticada en fases tardías. La sífilis latente puede no mostrar síntomas durante años, y la terciaria afecta órganos como el corazón, el cerebro o los ojos.

 

Importancia clínica:

 

  • Puede confundirse con otras enfermedades neurológicas

  • Necesita tratamiento urgente con penicilina

  • Requiere seguimiento con serologías repetidas

Coinfecciones y resistencia antibiótica: el nuevo reto

Muchas ETS menos conocidas coexisten con otras infecciones, lo que complica el diagnóstico y tratamiento. La resistencia antibiótica es especialmente preocupante en MG y gonorrea.

Prevención y detección: claves para frenar la transmisión

  • Uso constante del preservativo

  • Revisión médica regular si se tiene vida sexual activa

  • Testeo anual o semestral en población de riesgo

  • Educación sexual basada en evidencia

Conclusión

Las ETS menos conocidas representan un riesgo real para la salud sexual, especialmente por su capacidad para pasar desapercibidas. Una vigilancia médica adecuada, sumada a la educación y prevención, son fundamentales para evitar complicaciones a largo plazo. Si tienes dudas o síntomas, te recomendamos realizar una revisión completa con análisis específicos en nuestra clínica, donde trabajamos con un enfoque multidisciplinar e integrativo.