La terapia con perros mejora la autoestima y ayuda a regular las emociones en adolescentes con trastornos mentales
La conexión emocional entre humanos y perros, respaldada por diversas investigaciones, se ha convertido en una estrategia terapéutica efectiva dentro del abordaje de la salud mental infantil y juvenil. En el Hospital Universitario Vall d’Hebron, se ha implementado un innovador programa que emplea perros entrenados como herramienta terapéutica para mejorar la autoestima, reducir la ansiedad y facilitar la expresión emocional en pacientes adolescentes.
Un equipo canino al servicio de la salud mental
En la planta de hospitalización de salud mental de Vall d’Hebron destinada a niños y adolescentes, desde abril se ha incorporado un equipo de «terapeutas» muy especial: dos golden retriever (India y Musa) y tres jack russell (Odette, Opala y Xata). Estos perros participan en sesiones diseñadas para complementar el tratamiento clínico tradicional, ayudando a los pacientes a identificar y gestionar sus emociones. Esta iniciativa surge gracias a la colaboración entre la Cátedra de Animales y Sociedad de la Universidad Rey Juan Carlos, liderada por la profesora Nuria Máximo, y la Sección de Hospitalización del Servicio de Psiquiatría Infantil y Juvenil del hospital, bajo la coordinación del Dr. Marc Ferrer. Está financiada por la Fundación Dingonatura y cuenta con el apoyo de Perruneando, una entidad especializada en intervenciones asistidas con animales.Una respuesta a una problemática creciente
La Organización Mundial de la Salud estima que uno de cada siete adolescentes entre 10 y 19 años presenta algún trastorno mental, siendo la ansiedad, la depresión y los trastornos de conducta las causas más comunes de discapacidad en esta etapa. En Vall d’Hebron, alrededor del 70% de los ingresos en la unidad psiquiátrica pediátrica están relacionados con autolesiones o intentos de suicidio. «Estamos viendo una tendencia preocupante que debería alarmar a la sociedad», advierte el Dr. Ferrer. Entre 2005 y 2017, las autolesiones representaban un 20,4% de los casos atendidos en urgencias de psiquiatría infantil. Hoy, esa cifra se sitúa entre el 50% y el 70%. Las autolesiones, a menudo, funcionan como mecanismo para canalizar frustración, ira o dolor emocional, especialmente entre chicas adolescentes, y deben ser abordadas clínicamente porque pueden anteceder a comportamientos suicidas. Los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) y del espectro autista (TEA) también figuran entre los motivos más comunes de ingreso. «Aunque cada trastorno tiene sus particularidades, todos comparten una desregulación emocional. Precisamente eso es lo que trabajamos con la terapia asistida con perros», explica el Dr. Ferrer.Intervenciones asistidas para mejorar el bienestar emocional
Las sesiones de terapia con animales se integran en el tratamiento individualizado y contribuyen a disminuir la ansiedad, aumentar la autoestima y promover el control de la frustración y los impulsos, aspectos clave en la regulación emocional.Adolescentes entre los 14 y 16 años: una etapa crítica
Muchos pacientes ingresan cerrados emocionalmente y con dificultades para confiar en el personal adulto. La mayoría tiene entre 14 y 16 años, en pleno proceso de construcción de su identidad, con conflictos relacionales y emocionales. «El vínculo con los animales facilita la apertura emocional y favorece el trabajo terapéutico», explica Nuria Máximo. Esta conexión se explica por el concepto de biofilia, documentado en la literatura científica. El contacto con perros estimula la producción de oxitocina, disminuye la presión arterial y el ritmo cardíaco, y reduce el miedo y la ansiedad.Estudio clínico para evaluar el impacto de la terapia
Un estudio liderado por el Dr. Ferrer y la profesora Máximo está evaluando el impacto de estas sesiones mediante cuestionarios que los pacientes completan antes y después de cada sesión, analizando niveles de ansiedad, estado anímico y otras variables. Participan también profesionales de Enfermería, Psicología Clínica y Psiquiatría. «Nuestra filosofía es que los pacientes participen activamente en su tratamiento. Esta investigación nos permite saber si la terapia con perros les resulta realmente útil», afirma el Dr. Ferrer.Una experiencia que transforma el ambiente hospitalario
Las sesiones se realizan los viernes, en grupos pequeños de entre 2 y 4 pacientes, con una duración de una hora. «Los miércoles ya preguntan por los perros», comenta Merche Rodríguez, supervisora de Enfermería. Además, se ha observado que la presencia de los perros también impacta positivamente en el equipo profesional. Debido a que se trata de una unidad de agudos con estancias promedio de unos 10 días, la terapia está diseñada para trabajar aspectos emocionales en sesiones individuales no continuadas. «Buscamos intervenir en desregulación emocional, habilidades sociales y mentalización: entender qué sienten y cómo se relacionan», explica el Dr. Ferrer.Dinámica de las sesiones con perros
En cada sesión participan dos perros junto a sus guías y cuidadoras. Llegan a las 10:45 y siguen siempre el mismo recorrido, respetando la rutina del hospital. Antes de iniciar, se reúnen con el equipo clínico para conocer a los pacientes asignados. Se forman grupos diversos para evitar descompensaciones y fomentar la interacción terapéutica. Durante la sesión hay una enfermera que observa y recoge información clínica. Las actividades, de carácter lúdico, están guiadas por Andrea Galofré y Laia Portolés, especialistas en terapia asistida con animales. Tras una introducción sobre comunicación con los perros, los pacientes interactúan libremente hasta que los animales se relajan. A partir de ese momento, se trabajan las emociones a través del comportamiento de los perros. «Si un perro no entiende una orden o no quiere participar, lo usamos como ejemplo para hablar de frustración, incomprensión o desmotivación», explica Andrea. También se organizan juegos en los que los pacientes toman roles activos, preparan materiales o dan premios a los perros, lo que fortalece su autoestima y sentido de utilidad.El vínculo humano-animal como herramienta terapéutica
Desde tiempos neolíticos, el ser humano ha compartido la vida con los perros, incluso enterrándolos junto a ellos. Hoy, ese lazo ancestral se convierte en una poderosa herramienta terapéutica. «Estas sesiones son un reflejo en miniatura de la vida real dentro del hospital», comenta un paciente. Para Paco Camarasa, director de la Fundación Dingonatura, la relación humano-animal tiene un potencial terapéutico extraordinario. «Ayudar a estos jóvenes en un momento tan frágil de sus vidas es una de las aplicaciones más valiosas del vínculo entre personas y perros», concluye.Atención profesional en salud mental y emocional
Si tú o un familiar está atravesando dificultades emocionales, ansiedad, baja autoestima o trastornos relacionados con el estado de ánimo, en la clínica del Dr. Postius contamos con un equipo especializado en Psicología Clínica que puede ayudarte. Nuestro enfoque combina la ciencia médica con el trato humano y cercano, abordando cada caso de forma personalizada. Solicita una valoración profesional y da el primer paso hacia tu bienestar emocional.