Endometriosis: cuando el sexo duele y deja de ser placentero

Más de un millón de mujeres en España conviven con endometriosis, una enfermedad ginecológica crónica de la que aún se conoce muy poco a pesar de su elevada prevalencia. A nivel global, entre un 10 % y un 15 % de las mujeres en edad fértil la padecen, siendo además una de las principales causas de infertilidad. De hecho, entre el 20 % y el 40 % de las mujeres afectadas presenta subfertilidad, es decir, dificultades para lograr el embarazo.

 

Además de los síntomas físicos —como dolor menstrual, calambres, molestias pélvicas o lumbago—, la endometriosis también afecta a la salud sexual de quienes la sufren. “El sexo, a veces, duele y, como consecuencia, deja de ser satisfactorio”, explica la Dra. Mª Dolores Gómez Roig, jefa del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona.

Manos entrelazadas sobre el abdomen simbolizando vínculo afectivo y salud íntima

Tipos de endometriosis y su impacto sexual

Existen dos formas clínicas de la enfermedad: la endometriosis superficial y la endometriosis profunda (DIE, por sus siglas en inglés). Esta última puede extenderse más allá del aparato reproductor y afectar otras vísceras, siendo la que genera mayores complicaciones en las relaciones sexuales. Un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine, liderado por el Dr. Renato Seracchioli, del Hospital S. Orsola de Bolonia, evaluó a 182 mujeres diagnosticadas con endometriosis profunda entre 2008 y 2010. Los resultados revelaron un deterioro en su función sexual, una disminución en su calidad de vida, presencia de dispareunia (dolor en el coito) y otros síntomas vaginales.

Dolor, deseo y disfunción

El síntoma más característico de la endometriosis es el dolor. Según la Dra. Gómez Roig, este se presenta en el 75 % de los casos durante la menstruación, en un 70 % como dolor pélvico crónico y en un 40 % como dolor durante las relaciones sexuales. El tipo de endometriosis que genera mayor dispareunia es la que afecta directamente al tabique recto-vaginal.

 

Además del dolor, es común que se produzca una disminución del deseo sexual. Esta pérdida no está causada directamente por la endometriosis en sí, sino por factores psicológicos o secundarios a los tratamientos. El malestar físico repetido y la insatisfacción sexual terminan impactando negativamente en la relación de pareja y la autoestima de la paciente.

Opciones terapéuticas disponibles

Actualmente existen tres enfoques principales para el tratamiento de la endometriosis:

 

  • Tratamiento médico con analgésicos y antiinflamatorios.

 

  • Tratamiento hormonal (como anticonceptivos orales), que ayuda a controlar la evolución de la enfermedad.

 

  • Bloqueo hormonal médico, que simula un estado de menopausia inducida.

 

Como último recurso, puede indicarse una intervención quirúrgica para extirpar quistes mayores de 4 cm, aunque esta opción debe valorarse cuidadosamente ya que la endometriosis es una enfermedad crónica y la cirugía no representa una solución definitiva.

Falta de comprensión, diagnóstico tardío y frustración

“La endometriosis no mata, pero es crónica y no tiene cura”, afirma Álex Borrás, vicepresidente de la Asociación Española de Endometriosis. La enfermedad suele pasar desapercibida durante años, en parte por la normalización del dolor menstrual y la falta de preparación del personal médico. Muchas mujeres reciben diagnósticos erróneos o tardíos, lo que incrementa su frustración y sentimiento de incomprensión. Algunas incluso acaban en tratamiento con antidepresivos por el impacto psicológico.

 

Gómez Roig destaca que entre el 40 % y el 50 % de las mujeres con dolor pélvico crónico pueden tener endometriosis. Por eso, insiste en que no se debe trivializar el dolor y que cualquier mujer que lo experimente —sea durante la menstruación, el coito o de forma persistente— debe acudir a su ginecólogo para una valoración adecuada.

Diagnóstico accesible y clave para mejorar la calidad de vida

Detectar la enfermedad no requiere pruebas invasivas ni costosas: una ecografía ginecológica y, en algunos casos, una resonancia magnética, son suficientes. El diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado permiten mejorar significativamente la calidad de vida de las pacientes.

Recibe atención médica

En la Clínica del Dr. Postius abordamos las consecuencias físicas, hormonales y psicológicas que pueden derivarse de enfermedades como la endometriosis, aunque su diagnóstico y tratamiento ginecológico pertenezcan a otros especialistas. Desde nuestras áreas de Sexología, Urología y Andrología, Terapias Hormonales y Psicología Clínica, ayudamos a mujeres que sufren dolor, insatisfacción sexual, pérdida del deseo o impacto emocional relacionado con su salud íntima. Si te sientes afectada en alguno de estos aspectos, no dudes en pedir una valoración personalizada para mejorar tu calidad de vida.